Te recomiendo

lunes, 5 de noviembre de 2007

Introducción

El treinta de agosto del año en curso (2007),se conmemoran, los 150 años en que realizó su recorrido inaugural, entre la actual plaza Lavalle y la actual estación Floresta, poco mas de 10 kilómetros, el primer ferrocarril en Argentina.

El texto de la Constitución sancionada en 1853, incluía al ferrocarril y a los canales de navegación, como herramientas concretas de progreso. En la práctica, los rieles neutralizarían a la otra herramienta, a tal punto que el único canal de navegación que se construyo, entre la laguna Mar Chiquita de Buenos Aires y Baradero, nunca fue puesto en funciones.

Este siglo y medio, es susceptible en nuestra óptica de ser visualizado como una parábola del acontecer argentino. En la presente comunicación, sobre un evento sobre el que mucho se dirá y escribirá, intentamos compactar, condensar y actualizar, los estudios, las comunicaciones y aun las vivencias que al respecto venimos realizando desde 1972, aunque hayamos empezado a comunicarlas a partir de 1977.

Al comienzo de la saga ferroviaria argentina, el país, luego de la batalla de Caseros, había comenzado su plena inserción al orden económico mundial, liderado por Gran Bretaña. El ferrocarril a vapor como el barco a la misma propulsión eran las tecnologías de punta de ese ordenamiento, complementado, por el telégrafo, aunque, por ese entonces no se tenia una acabada conciencia de su importancia entre la población en general. Congruente con el periodo de inestabilidad que va desde la batalla de Caseros hasta la federalización de Buenos Aires, en 1880-precedida por los cruentos combates en la ciudad de Buenos Aires- en dicho lapso de tiempo solo se construyeron 2.500 kilómetros de vías férreas. Al respecto queda el mapa confeccionado por Martín de Moussy, hacia 1871, para ser exhibido en una exposición realizada en Paris.

Más desde 1880 a 1914, la red trepó desde esos 2500 kilómetros hasta los 33.000 kilómetros de vías férreas. Dicho cambio, quedó registrado por el mapa de la casa Peuser en 1913.

Si bien la red alcanzo hacia mediados de los años 40, los 50.000 kilómetros de vía (incluyendo la red tranviaria y los ferrocarriles llamados "económicos" y Decauville"); este "salto" operado entre 1880 y 1914, de algún modo esbozo a la configuración de asentamientos humanos que en la actualidad contiene a la población argentina. Cabe acotar que previo a la implantación del medio ferroviario (el tranvía en principio traccionado por caballos apareció hacia 1862), solo existía la red de asentamientos humanos, constituida por las doce fundaciones realizadas por los españoles entre 1553 y 1608; algunas fundaciones realizadas durante la época del Virreinato, y las menos realizadas a partir de 1810, estas ultimas con carácter de fortines.

Resulta relevante destacar, que el medio ferroviario, como su complemento la navegación de cabotaje marítimo-fluvial, eran componentes del sistema económico liderado por Inglaterra. A esos medios de transportes, se sumaban, los buques de ultramar, los silos y elevadores de granos, los frigoríficos, los bancos, las compañías de seguros y reaseguros, las compañías de comercio exterior; las campañas de luz, gas, y aguas corrientes y componentes afines. Se importaban manufacturas inglesas y europeas y se exportaban frutos del país. También durante el periodo inicial el carbón que traccionaba las locomotoras y los barcos se importaba de Inglaterra. El listado precedente, al que se puede adicionar otros componentes más puntuales y la circunstancia que de hecho el ferrocarril monopolizaba el transporte terrestre de mercaderías, correspondencias y personas, tornaba rentable la operación de todo el conjunto y enjugaba, la poca rentabilidad del sistema ferroviario en si.

En la etapa inicial el Estado se hizo cargo del Ferrocarril Oeste, pero fue privatizado hacia 1891.Cabe recordar que se trataba de un ferrocarril Provincial, pues tanto el gobierno Nacional, como los gobiernos de provincia estaban autorizados para construir u operar ferrocarriles.

Ya en 1891 se sanciono la ley 2872, General de Ferrocarriles-aun vigente- de algún modo constituye el marco regulador de la actividad.

Era la época fundacional de los ferrocarriles, una época de mucha especulación, y de aplicación de las reglas de mercado de competencia imperfecta no exentas de corruptelas. Así era común que a algún "amigo" de Diputados o Senadores nacionales, le fuera otorgada por Ley Nacional o Provincial, la concesión de una línea ferroviaria, y con esa concesión en su poder, se la vendiese a las compañías inglesas, francesas o eventualmente de capitales argentinos, que eran los que realmente construirían la línea.

Por sobre esas conductas objetables, propias de la época, se desplegaba la actividad con gran dinamismo. De todos modos los poderes públicos no se desentendían del tema sino más bien lo contrario. Así en 1907 el Congreso Nacional sanciona la ley que crea la Administración de los Ferrocarriles del Estado y el Gobierno de la Provincia, revisa su postura de 1891 y crea el Ferrocarril de la Provincia de Buenos Aires. En ese mismo año el Parlamento Nacional sanciona la Ley 5.315, con el objeto de regularizar las concesiones ferroviarias, muchas de las cuales habían surgido de los procederse "non sanctos" mas arriba insinuados. Así se dispuso que las concesiones se extendieran por 40 años a partir de esa fecha (O sea que caducarían en 1947), y que pagarían un canon único del tres por ciento de las ganancias obtenidas, él que seria afectado directamente a la construcción de caminos que facilitaran el acceso a las estaciones ferroviarias. A la época de la sanción de esta ley, con el monopolio de hecho del transporte terrestre por parte de los ferrocarriles, daba toda la impresión que en realidad ese canon acrecentaba la rentabilidad del negocio ferroviario. La Gran Guerra (1914-1918), de la que Gran Bretaña salió debilitada, aunque victoriosa y la emergencia de los Estados Unidos como potencia, cuya industria de punta era la automotriz y su inescindible complemento la de la construcción de caminos pavimentados, tornaría temporaria la ventaja obtenida y con el tiempo de transformaría en un ingrediente de la minimización del entonces poderoso medio.

No hay comentarios: